martes, 27 de marzo de 2012

El eco de los pasos

Bueno, este lo acabé de leer hace un tiempo pero quizá sea el último que recuerde y como ahora estoy leyendo a un ritmo muy lento, voy a escribir unas lineas para hacer mi pequeña aportación.

Son las memorias de Joan García Oliver, destacado militante de la CNT y Ministro de Justicia durante la guerra. Te llega a poner en un estado de incredulidad tremendo porque por momentos parece una novela de ficción. Es también su punto de vista del asunto y hay cosas con las que se pueden o no estar de acuerdo pero se agradece su intención de contar la verdad tal como él la vivió si cortarse un pelo en señalar los éxitos y los fracasos (Y en echarse flores cuando lo considera oportuno)

Me lo había recomendado un compañero del sindicato y vaya, cuando empecé a leerlo me enganchó de una manera brutal. Trasciende lo que es el ámbito de la literatura ácrata, hasta lo llegaron a editar los del Círculo de Lectores. Vamos, que no es un panfleto propagandístico.

Recuerdo en especial algunos pasajes, como cuando habla del "Noi del sucre", cuando habla de como se organizó el sindicato en Reus, la cárcel, como la empieza a cagar la CNT y la dureza del exilio. Así que si esta semana santa te apetece meterte un buen ladrillo entre pecho y espalda, este es tu libro.

domingo, 25 de marzo de 2012

Llamadas Telefónicas

En medio de Mushasi (dos libros y medios de cinco), y viendo que iba para largo y no me estaba gustando demasiado, decidí hacer una pausa para leer algo más cortito, como hacía poco había leído "Pista de Hielo " y tenía "Llamadas telefónicas" (también de Roberto Bolaño) a mano, me puse a leerlo. Además, el que el libro sea un conjunto de historias pequeñas siempre ayuda para intercalarlo entre otras lecturas.

Qué mala idea, la primavera ya es una época especial para estar un poco deprimido al tener que ir a trabajar mientras los días se van haciendo más largos y acordarte de cuando estabas todo el día en la calle; en esta situación leer "Llamadas Telefónicas" donde casi todas las historias terminan con un "y no lo volví a ver", "se suicidó", "murió dos semanas después"... no es la mejor opción.

Lo mejor, desde el punto de vista de ser un libro bueno, es que todas las historias resultan creíbles, no es difícil imaginarse a alguien en la situación que se plantea y, una vez en ella, no es difícil ver la continuación, pasa lo mismo que en "Pista de Hielo" donde los personajes actuaban de forma completamente normal dentro de todo lo que pasaba en la novela, pero que, si se tomasen por separado, parecerían bastante raros.

Por supuesto, que las historias resulten totalmente creíbles es lo peor para mantener un estado de ánimo alegre mientras lo lees.

El libro en general me gustó, me amargó muchos días el irme a dormir pero, como está muy bien contado, sigues leyendo; las historias están llenas de frases y párrafos muy interesantes, sobre todo hacia el final de cada relato, pongo algunas a ver si os apetece leerlo:

Tony jamás se enfadaba, jamás discutía, como si considerara absolutamente inútil tratar de que otra persona compartiera su punto de vista, como si creyera que todas las personas estaban extraviadas y que era pretencioso que un extraviado le indicara a otro extraviado la manera de encontrar el camino.

De pronto me di cuenta de que ya estábamos en paz, que por alguna razón misteriosa habíamos llegado juntos a estar en paz y que de ahí en adelante las cosas imperceptiblemente comenzarían a cambiar. 

Las demás cartas, muy espaciadas, eran de poetas sudamericanos perdidos en Sudamérica con quienes mantenía una correspondencia irregular, entre abrupta y dolorosa, fiel reflejo de nosotros mismos que comenzábamos a dejar de ser jóvenes, a aceptar el fin de los sueños.

B en el fondo no tiene ganas de acostarse con X, pero acepta. Por la mañana, al despertar, B está enamorado otra vez. ¿Pero está enamorado de X o está enamorado de estar enamorado?

Luis era un tipo sensible (nunca le pegó), un tipo culto (fue uno de los dos millones de españoles, creo, que compraron los fascículos de la obra completa de Mozart) y un tipo paciente (la escuchaba, la escuchaba todas las noches y los fines de semana). Y aunque clara tenía pocas que decir sobre si misma, hablaba de ello incansablemente. 

Esto está escogido un poco por lo que apunté al ir leyéndolo y lo que ahora me pareció oportuno transcribir pero, como muestra me imagino que sirve.